El proceso de calificación en la administración pública

lunes, 15 de junio de 2009

Hace poco tiempo fui invitado a dictar el curso “Proceso de Calificación Exitoso” en un Servicio de Salud Municipal.Experiencia de lo más interesante pues observe durante el curso, escuchando a calificadores y calificados, que el proceso que viven se aleja bastante de lo que se podría esperar de un proceso de Calificación.Lo primero que pude observar es que quienes califican no han sido preparados para ello, ni se les ha mostrado los alcances de este proceso, por lo que la tarea les resulta una pérdida de tiempo compleja y agobiante, en buen chileno “un cacho”.Como debe cumplirse con el proceso, la calificación se hace normalmente desde la sensación última o cercana que se tiene de la persona evaluada pues no existe una retroalimentación permanente durante el período de evaluación y resulta ser la mayor de las veces un leve proceso de sanción.Los evaluados por otra parte, defienden su calidad de buenos empleados, y no reconocen faltas durante un año en ninguno de los aspectos por los que son medidos, entendiendo que cualquier baja de su calificación es un menoscabo producto de la mala fe y que no se ajusta a su realidad.Claramente somos una sociedad que no le gusta la evaluación, no vemos en ella una oportunidad de corrección mejoramiento y crecimiento, sólo observamos en ella crítica y descalificación.¿Es sólo este el problema?Desafortunadamente, no lo es.Lo que no se dice al momento del análisis, es que el proceso de calificación esta asociada a la obtención de un bono en dinero.Esto transforma la discusión del proceso en cuanto dinero “me quitan” del monto total que ya tengo asumido como parte de mi remuneración, y no como un premio por alcanzar y cumplir los parámetros de mi medición.Lo que claramente se observa en un proceso de esta naturaleza, es la desmotivación de los buenos empleados a esforzarse por seguir siéndolo, pues el “premio” que reciben respecto de aquellos que todos dentro de la organización reconocen como “menos buenos”, es igual o muy similar. Mirado así, el incentivo resulta perverso.Se gasta tanto tiempo, recurso y se estresa tanto a la organización en este proceso con reclamos, amenazas y paros, que se desaprovecha la real oportunidad de sentarse en un proceso que debiera permitir observar las desviaciones que ocurrieron en un período y consensuar las acciones correctivas para futuro, de este modo, se estaría convirtiendo el proceso de calificación en una herramienta de gestión.

1 comentarios:

Anonymous dijo...

En la administración pública detestan que los evaluen y quieren pasar piola cuando tienen que pasar por el proceso.

 
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